Venta Directa Argentina 2025: una actividad que se transforma, se profesionaliza y sigue sosteniendo a cientos de miles de hogares

Venta Directa Argentina 2025: una actividad que se transforma, se profesionaliza y sigue sosteniendo a cientos de miles de hogares

El 25 de noviembre, junto a los CEOs de las empresas asociadas a CAVEDI – la Cámara Argentina de Venta Directa – y bajo la coordinación de su director ejecutivo Gonzalo Falcón, presentamos la actualización 2025 del Relevamiento del Mercado de Venta Directa en Argentina.

Este estudio, que actualiza y compara los resultados obtenidos en 2022, deja un mensaje claro: la coyuntura económica presiona, pero la Venta Directa se afirma como una actividad cada vez más profesionalizada, más relevante y más estratégica para las familias argentinas y para la economía del país.

El estudio abordó a miles de shoppers y revendedoras de todo el país, combinando abordajes cuantitativos y cualitativos, y relevó una creciente importancia de la industria.


Estos son algunos de los aprendizajes del estudio

Un contexto económico desafiante, que modifica hábitos y decisiones pero mantiene la relevancia del canal

La inflación, la caída del consumo y la pérdida de poder adquisitivo generan un triple impacto:

  • Se compra menos frecuentemente, estirando los ciclos entre pedidos.
  • Se priorizan líneas más accesibles, sin que eso afecte la valoración del canal.
  • La coyuntura, no la propuesta de valor, es hoy el principal freno a la compra.

Aun así, el 62% de las personas sigue comprando por Venta Directa, manteniendo la capilaridad de un canal que llega donde otros formatos no llegan.


Una reventa directa que se profesionaliza y se consolida

Si en 2023 la Venta Directa ya funcionaba como una puerta de entrada laboral, en 2025 avanza un paso más: se convierte en una actividad profesional, con más horas, más dedicación y más responsabilidad económica.

En esta actualización observamos:

  • Más revendedoras sostén del hogar: pasa del 27% al 41%, un salto contundente.
  • Más dedicación exclusiva, dejando de ser “un complemento” para transformarse en la actividad principal.
  • Más horas de trabajo, más reinversión y mayor sofisticación de estrategias.
  • Más redes y equipos, con crecimiento del perfil emprendedor.
  • Una identidad laboral más fuerte: autonomía, propósito, sociabilidad y orgullo.

La Venta Directa ya no se vive solo como “una salida”: se vive como un trabajo real, exigente, autogestionado y con impacto directo en el bienestar del hogar.

Y este proceso de profesionalización reconfigura la actividad desde adentro:
más personas se forman, invierten, organizan su cartera y planifican ingresos. Es el modelo emprendedor aplicado a escala masiva.


Un aporte silencioso pero enorme a la economía argentina

Detrás de cada catálogo, cada recomendación y cada pedido entregado, hay una estructura económica que mueve mucho más de lo que suele reconocerse:

  • Cerca de 750.000 personas generan ingresos a través de la Venta Directa.
  • La actividad suma ingresos adicionales o principales en hogares que dependen cada vez más de esta fuente para equilibrar su economía mensual.
  • Permite acceso a productos de calidad en zonas donde otros canales no llegan o no resultan convenientes.
  • Genera un circuito de consumo federal, descentralizado y cercano, que sostiene pequeñas economías familiares en todo el país.

En un contexto donde muchas actividades pierden tracción, la Venta Directa demuestra algo fundamental:
cuando se profesionaliza, crece su valor social, su valor económico y su impacto en la vida cotidiana.


Una industria en transformación

El estudio confirma que la Venta Directa en Argentina no es un residuo del pasado: es un ecosistema económico vivo, adaptativo y con una fuerza laboral que se vuelve cada vez más profesional.

Y en un país donde la incertidumbre económica es la norma, este canal sigue siendo —para cientos de miles de familias— un espacio real de ingresos, autonomía y oportunidad.